«III Baruc»
Traducido de «Los apócrifos y pseudoepígrafos del Antiguo Testamento», R.H. Charles (1913)
III Baruc o el «Apocalipsis griego de Baruc» es un texto pseudoepigráfico visionario escrito en algún momento entre la caída de Jerusalén ante el Imperio Romano en el año 70 d.C. y el siglo III d.C. Los estudiosos no están de acuerdo sobre si fue escrito por un judío o un cristiano, o si se puede hacer una distinción clara en esta época. Es uno de los Pseudepigrapha, atribuido al escriba de Jeremías del siglo VI a. C., Baruch ben Neriah, y no forma parte del canon bíblico ni de judíos ni de cristianos. Sobrevive en ciertos manuscritos griegos y también en algunos del antiguo eslavo eclesiástico.
Leonhard Rost escribe: «Baruc, junto con Cedrón, lamenta la destrucción de Jerusalén por Nabucodonosor. Un ángel lo consuela y promete mostrarle los secretos de Dios. Acto seguido, el ángel conduce a Baruc a través de cinco cielos, diciéndole las dimensiones de cada uno y señalando y explicando a sus habitantes. Estos incluyen (en el tercer cielo) el carro solar, acompañado por el fénix que captura los rayos del sol con sus alas, y (en el quinto cielo) el arcángel Miguel, que lleva las obras de los justos a la presencia de Dios. . Luego el ángel acompaña a Baruc de regreso a la tierra. No hay rastro de exageración escatológica o expectativa mesiánica en el libro». (Judaísmo fuera del canon hebreo, págs. 116-117)
James Charlesworth escribe: «Excepto por la existencia de dos versiones eslavas (ver J.-C. Picard, no. 659, pp. 69-71), 3 Baruc sólo existe en dos manuscritos griegos que han sido editados recientemente por J. -C. Picard (nº 659). Las traducciones al inglés fueron publicadas del eslavo por WR Morfill (Apocrpyha Anecdota II, ed. MR James [T&S 5.1] Cambridge: CUP, 1987. Pp. 95-102) y del eslavo y griego por HM Hughes (APOT 2\ Págs. 533-41). El pseudoepigrafo fue compuesto a principios del siglo II d.C., pero es difícil descubrir si fue escrito en griego, hebreo o arameo». (Los pseudoepígrafos y la investigación moderna, p. 86)
Leonhard Rost escribe: «Difícilmente podemos abordar la obra en su forma original. En primer lugar, 4, 9-15 es sin duda una interpolación cristiana destinada a anular la maldición sobre la uva como planta plantada secretamente por Satanás en el Paraíso, haciendo referencia al significado del vino como elemento de la Eucaristía. En segundo lugar, falta la conclusión original. Si el pasaje de Orígenes citado anteriormente se refiere efectivamente a este Apocalipsis [De principiis ii. 3. 6], originalmente hablaba de siete cielos; mientras que ahora sólo menciona cinco. La elaboración del pasaje sobre Miguel como mediador de las buenas obras realizadas por los devotos probablemente explica el cambio de final. Un pasaje similar ocurre en el Apocalipsis de Pablo; no se puede determinar si este último Apocalipsis o una tradición anterior fue tomada prestada del Apocalipsis de Baruc». (Judaísmo fuera del canon hebreo, p. 117)