Los esenios eran una secta judía que había nacido durante la revuelta de los Macabeos y se estableció durante el período del segundo templo. Tenían todas las posesiones en común, algo que también hicieron los apóstoles al seguir a Jesús. [1]
En algunos aspectos, sus normas eran más exigentes que las de los fariseos. Habían adoptado muchas creencias y prácticas persas, vivían en hermandad en monasterios, practicaban el celibato y lo poseían todo en común. Se especializaban en las enseñanzas sobre los ángeles. [2]
Muchos esenios toleraban la teoría de la reencarnación, que los hombres pueden cosechar en una encarnación lo que han sembrado en una existencia anterior. [3]