En otros tiempos se consideraba generalmente que la maternidad volvía peligrosa e impura a una mujer. [1] Un niño existe durante cerca de nueve meses antes de experimentar el nacimiento. [2]
El parto era relativamente fácil entre las tribus de sangre pura, necesitándose sólo dos o tres horas; es raro que sea tan fácil entre las razas mezcladas. [3]
En verdad, una mujer está angustiada a la hora del parto, pero una vez que ha dado a luz a su hijo, olvida inmediatamente su angustia ante la alegría de saber que un hombre ha nacido en el mundo. [4] El parto no fue una prueba dolorosa o angustiosa para Fonta, la primera mujer humana, ni para su progenie inmediata. [5] Existía un mandato mosaico que ordenaba que después de haber pasado cierto tiempo, una madre tenía que presentarse en el templo para purificarse. [6]