Cocinar los alimentos reduce la mortalidad infantil y facilita el destete temprano, conocimiento que se perdió hasta el siglo XX. [1] Cuando Eva dejó de amamantar a sus hijos cuando tenían un año, los alimentó con nueces, frutas y jugos en lugar de leche animal. [2] María no destetó a Jesús hasta que llegaron sanos y salvos a Alejandría, donde se estableció la familia y comenzó la carrera de José como contratista. [3] El afecto maternal resultó demasiado fuerte para el infanticidio después del destete. [4]
El destete temprano de los bebés, gracias al suministro de leche de vaca y de cabra, condujo a una reducción de la mortalidad infantil y permitió que las madres tuvieran más hijos. [5]