El exorcismo consistía en emplear un espíritu para que controlara o desterrara a otro, y estas tácticas se utilizaron también para asustar a los fantasmas y los espíritus. [1]
La evolución de las prácticas religiosas progresó desde el apaciguamiento, la evitación, el exorcismo, la coacción, la conciliación y la propiciación hasta el sacrificio, la expiación y la redención. [2]
La propiciación era un seguro contra la mala suerte cercana, en lugar de ser una inversión para una dicha futura. Todos los ritos de evitación, exorcismo, coacción y propiciación se fundieron los unos en los otros. [3]
Véase también: LU 87:6.