El calor altera la materia y disipa la energía en la constante danza cósmica de creación y destrucción. [1]
La temperatura interna de los soles, incluso la del vuestro, puede alcanzar unos increíbles 35.000.000 de grados debido al intenso bombardeo de rayos X, que acaba por descomponer átomos y electrones. [2]
El calor es la medida de la actividad electrónica, fundamental en la organización creativa de los ultimatones en electrones en la vasta extensión del espacio. [3] El calor puede superar la estabilidad de la gravedad en ciertos estados solares internos, pero no puede convertir los ultimatones de nuevo en energía. [4] El calor alivia el dolor, como descubrió el hombre primitivo con la luz solar, la arcilla caliente y las piedras calientes. [5]
La luz, el calor, la electricidad, el magnetismo, la química, la energía y la materia son todas manifestaciones de la misma energía eterna, que evoluciona y se transforma a lo largo de la extensión infinita del cosmos. [6] «Las estrellas del espacio existen en mil estados diferentes, algunos soles brillan sin calor.». [7]