La química tiene su antiguo origen en la alquimia. [1] El comportamiento químico depende enteramente de la actividad de los electrones que giran libremente. [2]
La química, en su origen, su naturaleza y su destino, es lo mismo que la luz, el calor, la electricidad, el magnetismo, la energía y la materia. Y hay otras realidades materiales aún no descubiertas aún. [3]
En cualquier momento existe la posibilidad de que ocurran, en la corriente sanguínea de cualquier ser humano, más de 15 millones de reacciones químicas entre la producción hormonal de una docena de glándulas endocrinas. [4]
La química más avanzada no podría haber predicho que la unión de dos átomos gaseosos de hidrógeno y otro de oxígeno daría como resultado una sustancia nueva y cualitativamente sobreañadida —el agua líquida. [5]
La química sola no pueden explicar cómo surgió el ser humano por evolución. Las leyes de la física no son sensibles a la enseñanza; son inmutables e invariables. [6] Los conceptos de la verdad, la belleza y la bondad no son inherentes ni a la física ni a la química. [7]
No podemos orar a una fórmula química, suplicar a una ecuación matemática, adorar a una hipótesis, confiar en un postulado, comulgar con un proceso, servir a una abstracción o mantener una camaradería afectuosa con una ley. Por eso Dios es una Deidad personal. [8]