En tiempos de Jesús, Batanea era una región frecuentemente recorrida por él y sus seguidores durante sus viajes. Mateo Leví, un recaudador de impuestos en Cafarnaúm, tenía su oficina de recaudación cerca de los límites de Batanea, al este de la ciudad. Esta área adquirió importancia durante una de las escapadas de Jesús de los fariseos, quienes lo buscaban en los alrededores de Cafarnaúm tras su partida. Mientras los fariseos pasaron casi una semana buscando sin éxito a Jesús, él y su grupo viajaron hacia el norte a través de Batanea. [1]
En un domingo memorable, Jesús y sus veinticuatro discípulos desembarcaron cerca de Kheresa y se dirigieron al norte para acampar esa noche en un parque conocido al sur de Betsaida-Julias. Este lugar, utilizado con frecuencia por el grupo en viajes anteriores, ofreció un refugio tranquilo. Esa noche, Jesús reunió a sus seguidores para delinear los planes de su próxima gira, que los llevaría a través de Batanea y el norte de Galilea antes de llegar a la costa fenicia. [2]