Al remontar cualquier circuito, ya sea el de la personalidad, la gravedad material, la fuerza cósmica, la gravedad espiritual o los circuitos mentales, todos conducen de regreso a la presencia del Padre en el Paraíso, su morada central. [1] Los ángeles se sustentan directamente absorbiendo la energía espiritual de los circuitos primarios del universo. [2]
En los universos locales se encuentran estacionados cien Centros de Poder que modifican los siete circuitos del poder que emanan de la sede superuniversal. Los centros proporcionan canales o líneas de energía intensificada que son muy usados por los Hijos Creadores. [3]
Dios sólo está presente de manera perceptible en el Paraíso; fuera de él Dios se autolimita para respetar la soberanía de sus coordinados. Por eso la presencia divina debe obtenerse mediante una serie de circuitos presenciales que equivalen a la perfección a la presencia del Padre. [4] Los circuitos universales del Paraíso impregnan realmente los reinos de los siete superuniversos. Estos circuitos de presencia del Paraíso son: [5]
Los circuitos maestros del gran universo proceden de las presencias de personalidad de las Deidades del Paraíso. [6] El fenómenos de la reflectividad parece ser independiente de todos los circuitos universales subabsolutos. [7] El Paraíso y los circuitos de Havona son las creaciones antecesoras de toda la creación universal. [8] Además de los circuitos universales del Paraíso funcionan dos divisiones de circuitos energéticos: [9]
Véase también: LU 34:4.