Los Hijos Maestros, en perfecta comunicación con los mundos de otorgamiento a través del Espíritu de la Verdad, mantienen una conexión ininterrumpida con el Hijo Materno Eterno y extienden la compasión del Padre Universal a la vida planetaria. [1] Jesús tuvo que partir antes de enviar el Espíritu de la Verdad, lo cual cumplió el día de Pentecostés. [2]
La copa del recuerdo, emblema del Espíritu de la Verdad, fue bendecida por Jesús durante la nueva cena del recuerdo, simbolizando la liberación de la esclavitud hacia la comunión espiritual y la unidad con el Dios viviente. [3]
Tras el otorgamiento final del Hijo Creador, el Espíritu de la Verdad experimenta una transformación de naturaleza, alineándose más estrechamente con el soberano Miguel, al ser enviado a las razas mortales que habitan el mundo de otorgamiento. [4] La sangre adámica prepara la naturaleza mortal para que el Espíritu de la Verdad dé los frutos del Espíritu divino. [5] Que el Espíritu de la Verdad haga su propia obra y defienda la verdad cuando sea atacada. [6] Los apóstoles impusieron las manos sobre los creyentes como señal de haber recibido el Espíritu de la Verdad. [7] Caligastia y Daligastia, antaño gobernantes de las tinieblas en Urantia, ahora son serviles ante el Espíritu de la Verdad. [8]
La mente pura discierne a Dios mediante la comprensión espiritual con las operaciones combinadas del Ajustador y el Espíritu de la Verdad en el ámbito del pensamiento más elevado. [9]
El Espíritu de la Verdad no reside en las mentes individuales, a diferencia de los Ajustadores del Pensamiento, que son individualizaciones definidas de la realidad prepersonal del Padre Universal y, de hecho, residen en la mente mortal como parte de ella. [10]
El verdadero hijo de la visión universal busca el Espíritu viviente de la Verdad en cada palabra sabia, elevando la sabiduría a niveles de verdad divina. [11] La conexión del Espíritu de la Verdad con las almas de la humanidad sigue siendo un misterio que se vuelve más insondable con el paso del tiempo. [12]
La eficacia del gobierno planetario se ve reforzada por el circuito siempre disponible de los arcángeles y su asistencia, que permite ahorrar tiempo y puede sortear el aislamiento espiritual del planeta mediante el Espíritu de la Verdad. [13]
Las decisiones pecaminosas separan a las personas de la comunión con el Espíritu de la Verdad, haciendo que se escondan en sus propias elecciones voluntarias y se desapeguen de la presencia espiritual del Padre y de su Hijo. [14]
La dotación del Espíritu de la Verdad en la filosofía espiritual permite la coordinación de la fe y la visión interior con la inteligencia del alma, convirtiendo al hombre en una personalidad espiritual con un destino potencial. [15] La belleza de la verdad se descubre mediante la autoconciencia intelectual, a través de la respuesta infalible del omnipresente Espíritu de la Verdad. [16]
El otorgamiento del Espíritu de la Verdad en Pentecostés transformó el mensaje de los primeros creyentes sobre la paternidad de Dios y la hermandad humana en una proclamación de Jesús resucitado, iniciando una nueva etapa en la propagación del evangelio del Señor Jesucristo. [17]
No todos elegirán recibir el Espíritu de la Verdad, pero quienes lo hagan serán iluminados, purificados y consolados, y sus almas serán guiadas por un manantial de agua viva que conduce a la vida eterna. [18]
La misión principal de un Hijo otorgado es establecer un estatus planetario, liberar el Espíritu de la Verdad para la función planetaria y permitir la morada de los Ajustadores del Pensamiento en todas las mentes humanas normales. [19]
El Espíritu de la Verdad fue otorgado sin necesidad de ceremonias ni comportamientos especiales, disociando la experiencia espiritual de entornos específicos. [20]
La eficacia del Espíritu de la Verdad para santificar y espiritualizar la vida interior de los mortales está determinada por su obediencia a la misión del Hijo autootorgador. [21] El Espíritu de la Verdad es otorgado en Urantia mediante la participación del Espíritu Rector y del Espíritu Materno en la misión autootorgadora. [22] Desde la llegada del Espíritu de la Verdad, la posesión demoníaca ha pasado a ser cosa del pasado. [23]
El Espíritu de la Verdad fue otorgado a todos los creyentes sinceros, quienes lo recibieron conforme a su amor por la verdad y su capacidad de comprender las realidades espirituales, liberando así la verdadera religión de la custodia de los sacerdotes. [24]
El Espíritu de la Verdad fue enviado a quienes proclamaban el evangelio, capacitándolos para amar y servir a todos sus hermanos con comprensión y afecto fraternal. [25]
El Espíritu de la Verdad ha sido otorgado libremente a todas las mentes normales de condición moral desde Pentecostés, atrayéndolas hacia el Hijo divino y el Padre del Paraíso. [26]
El Espíritu de la Verdad se derrama sobre todos los creyentes sinceros, guiándolos hacia la meta de la eternidad, la aventura de alcanzar la divinidad y la carrera hacia la perfección, asegurando la victoria segura para todo ser humano que corra la carrera de la fe y la confianza. [27]
El Espíritu de la Verdad, el Consolador, atrae a todos los buscadores de la verdad hacia la personificación de la verdad en el universo local. [28]
El Espíritu de la Verdad es la convicción de los verdaderos significados en los niveles espirituales reales, vivo y creciente, expandiéndose, desplegándose y adaptándose. [29]
El Espíritu de la Verdad se centra funcionalmente en el Espíritu Materno, actuando como foco universal y centro de influencia para los mortales fusionados con el Espíritu en el universo local. [30] El Espíritu de la Verdad unirá a todos los que aman a Jesús, tal como Jesús sin su cuerpo material. [31] El Espíritu de la Verdad, personificación de la verdad, atrae a los buscadores de la verdad hacia el Hijo Creador en el universo local. [32]
El «Espíritu de la Verdad» es el espíritu de otorgamiento de los Hijos Paradisiacos, el Confortador de los mundos de otorgamiento, que encarna el poder de atracción espiritual del Hijo Creador, que guía y conforta a la humanidad hacia toda la verdad. [33]
El Espíritu de la Verdad es el espíritu conjunto del Hijo Creador y el Hijo de otorgamiento del planeta, enviado para actuar en los corazones de las razas mortales en el mundo de otorgamiento. [34]
El Espíritu de la Verdad, como espíritu del Padre Universal y del Hijo Creador, preparó las mentes para el otorgamiento del espíritu del Padre a la humanidad. [35]
El derramamiento del Espíritu de la Verdad establece una base espiritual para alcanzar la grandeza y la paz mundial en Urantia, allanando el camino para un gobierno planetario y el eventual amanecer de una era utópica de esfuerzo espiritual. [36] El Espíritu de la Verdad, otorgado por los Hijos Creadores, es una presencia universal similar a la de los Espíritus Rectores del Paraíso. [37] El Espíritu de la Verdad es una fuente de agua viva que brota hacia la vida eterna para todos los que eligen recibirlo. [38] Los creyentes deben ser uno con el Espíritu de la Verdad, tal como Jesús era uno con el Padre. [39]
La revelación enseña al hombre mortal a organizar el conocimiento en decisiones-ideas, a ordenar la sabiduría para transformar las ideas propias en ideales excelsos y a permitir que el Espíritu de la Verdad las espiritualice para el carácter justo requerido para la admisión a las realidades espirituales de los mundos morontiales. [40] El Espíritu de la Verdad da testimonio a nuestros espíritus de que somos hijos de Dios, guiándonos hacia la adoración divina y el amor al prójimo. [41]
El ministerio justo del servicio amoroso, impulsado por el Espíritu de la Verdad, se convierte en el punto de apoyo multiplicador de poder para elevar a las razas de la oscuridad. [42] El Espíritu de la Verdad consuela y guía, prometiendo un nuevo comienzo y una revelación enriquecida de la verdad y la rectitud a todos los pueblos. [43] El Espíritu de la Verdad revela el amor del Padre y la misericordia del Hijo, creando conciencia de Miguel, no de sí mismo. [44] El Espíritu de la Verdad guía la conexión amorosa entre las personas, no como simples reglas, sino como experiencias vividas. [45] El Espíritu de la Verdad reúne a los hijos de la luz en unidad y amor. [46] El Espíritu de la Verdad nos atrae hacia Miguel, la personificación de la verdad en el universo local, como una dotación inherente del Hijo Creador. [47] Los creyentes reciben poder de lo alto a través del Espíritu de la Verdad. [48]
La dotación espiritual de Pentecostés capacita a los creyentes para vencer el mal con el bien, conquistando el mundo con perdón, buena voluntad y amor. [49] El Espíritu de la Verdad establece a los creyentes en el reino del entendimiento espiritual y la rectitud divina. [50] El Espíritu de la Verdad fomenta y personaliza la verdad, a la vez que destruye la sensación de orfandad de los creyentes. [51]
El Espíritu de la Verdad otorga una nueva sensación de alegría, seguridad, confianza, comprensión y poder para salir con valentía y proclamar la buena nueva del reino de Dios mediante el servicio amoroso a toda la humanidad. [52]
El Espíritu de la Verdad nos ayuda a comprender y recordar las palabras y realidades de Jesús, guiándonos en las pruebas e iluminando sus enseñanzas para cada nueva generación. [53] Antes de partir, Jesús prometió que el Espíritu de la Verdad iluminaría a sus discípulos la diferencia entre el pecado y la rectitud. [54] El Espíritu de la Verdad guía a los creyentes hacia toda la verdad, guiándolos por la senda del crecimiento espiritual eterno y expansivo. [55] El Espíritu de la Verdad guía a los creyentes a trabajar por la extensión del reino con confianza y alegría. [56] El Espíritu de la Verdad, a través del Hijo otorgado, libera a los hombres al encarnar la verdad del Paraíso en carne mortal. [57]
La verdadera religión, como experiencia personal y espiritual, nos es revelada por el Espíritu de la Verdad, no solo por el impulso, la emoción, la convicción o el razonamiento asociados con la adoración y el servicio a Dios. [58]
El Espíritu de la Verdad prepara la mente de los hombres para los Ajustadores, santificando su vida interior y contribuyendo a la soberanía del Supremo. [59]
El Espíritu de la Verdad purifica los corazones humanos, guiando a quienes lo reciben a formular un propósito de vida alineado con la voluntad de Dios y el bienestar de los hombres, reemplazando el egoísmo por el altruismo. [60] El Espíritu de la Verdad nos revelará lo venidero, glorificando a Jesús al declarar las verdades del Padre. [61]
Habiendo aceptado la misión de avanzar en el camino de la vida eterna, no teman, flaqueen ni duden, pues en cada encrucijada, el Espíritu de la Verdad les mostrará el camino. [62] A través de las eras eternas, el Espíritu de la Verdad nos enseña y nos guía, incluso más allá de los límites de nuestro universo local. [63] Mediante el Espíritu de la Verdad, somos transformados, fortalecidos y dotados del poder para cumplir la voluntad de Dios con alegría y perfección. [64]
El Espíritu de la Verdad revela la verdad divina oculta en la persona de Jesús, guiando a los creyentes hacia una religión en constante expansión de progreso eterno. [65]
Véase también: LU 180:4-6.