Se cuentan entre los Creadores Supremos. [1]
Los planes de los Hijos Creadores para organizar, hacer evolucionar, disciplinar y estabilizar sus universos locales respectivos están caracterizados por una variedad casi infinita. [2] Los Hijos Creadores Soberanos se acercan a las criaturas de sus mundos habitados y «atraen a todos los hombres hacia ellos». [3] Su número actual es de más de 700.000, y es constantemente creciente. No hay límite al número de ellos que puede haber. [4] Los Hijos Creadores aspiran a copiar en el tiempo y a reproducir en el espacio el universo modelo, Havona, en su propio universo local. [5] El que ha visto a un Hijo Creador ha visto al Padre. [6] La carrera de descubrimiento experiencial para comprender a Dios empieza por el reconocimiento de la divinidad del Hijo Creador del universo local. [7] Aparecen en los registros de personalidades. [8]
Los Hijos Creadores son los centros de personalidad para las fuerzas espirituales del Padre-Hijo Paradisiacos. Los Hijos Creadores son las focalizaciones finales del poder y de la personalidad de los poderosos atributos espacio-temporales de Dios Séptuple. [9] En un Hijo Creador séptuple, el Creador y la criatura están mezclados para siempre en una asociación comprensiva, compasiva y misericordiosa. [10] Estos Hijos se dedican a ejecutar eficazmente el plan paradisiaco de la ascensión progresiva de los mortales. [11] En espíritu y en naturaleza, si no en todos sus atributos, cada Hijo Paradisiaco es un retrato divinamente perfecto del Hijo Original. [12]
Cada Hijo Creador es diferente a todos los demás; la naturaleza de cada uno de ellos es única así como su personalidad; cada uno es el «Hijo unigénito» del ideal perfecto de deidad que le dio origen. [13] Cada Hijo Creador está dotado de gravedad espiritual en sus propios reinos. [14] A efectos prácticos, un Hijo Miguel es Dios para los hijos de su universo local. [15]
Todos los Hijos de Dios que tienen su origen en las personas de las Deidades del Paraíso están en comunicación directa y constante con el Hijo Madre Eterno. [16] Un Hijo Miguel es Dios para los hijos de su universo local, es la personificación del Padre Universal y del Hijo Eterno en el universo local. [17] Son los seres divinos más poderosos y capaces de administrar directamente los universos evolutivos. [18] El Padre Universal está divinamente presente de todas las maneras en los Hijos Creadores. El Padre y sus Hijos son una sola cosa. [19] Estos Hijos primarios del Paraíso son los verdaderos reveladores de la naturaleza amorosa y de la autoridad benefactora del Padre. [20] Los Hijos Creadores Paradisiacos del Padre Universal son una revelación de un ser que, por otra parte, es invisible. [21] Los Hijos Creadores que salen del Paraíso son, en realidad, creadores transformadores en el sentido cósmico. [22]
Cuando la plenitud de una ideación espiritual absoluta en el Hijo Eterno se encuentra con la plenitud de un concepto absoluto de personalidad en el Padre Universal un nuevo Hijo Creador original en plena posesión de sus capacidades surge como un relámpago a la existencia. [29]
Los Hijos Paradisiacos de Dios tienen un origen triple: los Hijos Creadores o primarios son traídos a la existencia por el Padre Universal y el Hijo Eterno. Constituyen la orden de Miguel. [30]
Cada vez que el Padre Universal y el Hijo Eterno proyectan conjuntamente un pensamiento personal nuevo, original, idéntico, único y absoluto, en ese mismo instante esta idea creativa se personaliza de manera perfecta y final en el ser y la personalidad de un Hijo Creador nuevo y original. [31]
Los Hijos Creadores son divinamente semejantes a sus padres Paradisiacos, pero ninguno se parece exactamente a otro. Por eso sus dominios son muy diversos. [32]
El observar a los Hijos Creadores revela que algunos se parecen más al Padre, otros al Hijo, mientras que otros son una mezcla de sus dos padres infinitos. [33] Por medio de sus donaciones, los Hijos de Dios se han convertido en «el camino, la verdad y la vida» para todas las criaturas evolutivas. [34]
Cada Miguel Paradisiaco es el absoluto de los dobles conceptos divinos que le dieron origen; personifica por tanto unas fases reales de la infinidad del Padre Universal y del Hijo Eterno. [35] Un Hijo Creador pasa un largo período de entrenamiento preliminar. [36]
A un Hijo Creador se le permite elegir el lugar espacial de su futura actividad cósmica, pero antes de que pueda empezar siquiera la organización física de su universo, debe pasar por un largo período de observación dedicado al estudio. [37] El cuerpo de reserva del Paraíso enseña en el cuarto circuito de Havona. [38]
Estos Hijos Paradisiacos de la orden de los Migueles son unas personalidades perfectas, e incluso el modelo para todas las personalidades del universo local. [39] La presencia personal de un Hijo Creador en su universo local no es necesaria para que esa creación material establecida funcione de manera ordenada. [40] Están personalmente conscientes de los actos y emociones de los Hijos descendientes en sus propios dominios. [41] Poseen unos poderes curativos casi ilimitados e independientes del tiempo. [42] Tienen poder para dar la vida y retomarla. [43] Los Hijos Creadores pueden sufrir con toda seguridad y a veces sufren, como les sucede a los mortales. [44]
Los Arquitectos Maestros contribuyen a que se apruebe técnicamente la concesión a los Hijos Creadores de sus emplazamientos espaciales para que organicen sus universos locales. [45]
Los cien Padres de las Constelaciones, los jefes que presiden realmente los gobiernos de las constelaciones, componen el gabinete consultivo supremo del Hijo Creador. [46] Existe una asociación muy estrecha entre los Arquitectos Maestros y los Hijos Creadores Paradisiacos. [47] Los Centros del Universo ayudan en la organización del universo a los Hijos Creadores. [48] Los Terciafines sirven como enlaces de los Hijos Creadores con los Ancianos de los Días. [49] Las Voces Secoráficas son capaces de reflejar la mente de los Hijos Creadores hacia los Ancianos de los Días. [50]
Son los primogénitos de los Hijos Creadores. [51] Los Hijos Creadores delegan el poder ejecutivo en las Radiantes Estrellas Matutinas. [52] Ellas dirigen los universos en ausencia de los Hijos Creadores. [53]
Un Hijo Creador posee en sí mismo el poder de donarse en la similitud de cualquiera de sus hijos creados; tiene en sí mismo el poder de abandonar su vida observable y de recuperarla de nuevo; tiene este poder a causa de la orden directa del Padre Paradisiaco. El atributo de la donación es inherente a los Hijos Paradisiacos del Padre Universal. [54] Las donaciones encarnadas de los Hijos Paradisiacos son con mucho los milagros más misteriosos del universo. [55]
Las siete donaciones de un Hijo Creador en forma de siete tipos de criatures están relacionadas con la revelación de las siete expresiones primarias de la voluntad y la naturaleza de la Deidad. [56]
Los Hijos Creadores obtiene una misericordia práctica, un juicio equitativo y la paciencia nacida de la existencia al vivir la experiencia de las donaciones. [57]
La carrera de donación séptuple es la meta suprema de todos los Hijos Creadores Paradisiacos. Estas donaciones son las últimas etapas de la educación y formación de un Hijo Creador para la tarea sublime de gobernar los universos locales con rectitud divina y un juicio justo. [58] Las experiencias donadoras de los Migueles bajo la forma de sus criaturas los cualifican para representar la divinidad experiencial del Ser Supremo. [59]
Las donaciones de los Hijos Creadores deben satisfacer las exigencias de su orden de filiación divina, contenidas en el mandato del Hijo Eterno que está en el Paraíso, y satisfacer plenamente y hasta el fin la voluntad del Padre Paradisiaco. [60]
La encarnación, el secreto de Sonarington, es la técnica que utiliza el Hijo para escapar del absolutismo de la personalidad que, de otra manera, lo encadenaría por completo. [61] La donación de los Hijos de Dios a las creaciones evolutivas es para personalizar, para encarnar y hacer real, el amor del Padre. [62] Acerca del valor de las donaciones, véase en los enlaces.
Después de la donación en forma mortal de un Hijo Creador o de su equivalente Avonal, y después de derramar el Espíritu de la Verdad al mundo de la donación, todas las criaturas volitivas con una mente normal de ese mundo recibirán un Ajustador en cuanto lleguen a la edad de su primera elección moral. [63]
El mundo donde se ha donado un Miguel se convierte en el pupilo individual y personal de un Hijo Maestro y, como tal, está totalmente sometido a sus propios planes y decisiones. [64]
El Hijo Creador, cuya personalidad es comprensible para el hombre, compensa la incapacidad mortal para captar todo el significado del Hijo Eterno del Paraíso. [65]
Los Hijos Creadores se convierten en Hijos Maestros después de pasar por la séptima y última donación, y recibe del Padre Universal la autoridad y la jurisdicción supremas sobre su universo. [66]
Los Hijos Creadores no pueden engendrar descendencia durante las donaciones. Es la única exepción a la regla de vivir una vida humana común y corriente. [67]
Sin el servicio donador de los Hijos Paradisiacos y sin el ministerio amoroso de las criaturas del Espíritu Infinito, los seres de origen material difícilmente podrían esperar alcanzar al Hijo Eterno. [68]
En su donación final, un Hijo Creador aparece como miembro de una de las razas mortales superiores de algún mundo habitado, generalmente como miembro del grupo racial que contiene el mayor legado hereditario del linaje adámico. [69] El Hijo Eterno es el Verbo eterno de Dios. En las donaciones mortales, los Hijos Creadores son el Verbo hecho carne. [70] Una sola vez en cada universo local, los Hijos Creadores se otorgan a algún mundo evolutivo, tal como Miguel de Nebadon se donó en Urantia. [71]
Cuando un Hijo Paradisiaco visita un mundo evolutivo y se vuelve semejante a uno de sus habitantes, su presencia pone fin a una dispensación y representa un juicio del reino. [72]
La verdad eterna es el ministerio especial de los Hijos Paradisíacos que no sólo se donan a las razas mortales, sino que incluso derraman su Espíritu de la Verdad sobre todos los pueblos. [73]
Los Hijos Creadores están dotados de un espíritu que tiene una presencia universal análoga de muchas maneras a la de los Siete Espíritus Maestros del Paraíso. Este espíritu es un don inherente del Hijo Creador. [74] El Espíritu de la Verdad es enviado inmediatamente después de la donación en forma mortal de un Hijo Creador o Avonal. [75]
Las súplicas de todo tipo pertenecen al ámbito del Hijo Eterno y de la organización espiritual del Hijo. Las oraciones, todas las comunicaciones formales, todo, salvo la adoración y la veneración del Padre Universal, son cuestiones que conciernen al universo local; normalmente no sobrepasan el ámbito jurisdiccional de un Hijo Creador. [76] El Hijo actúa como un padre en su universo local. [77] Los universos del tiempo y del espacio son todos creados y organizados por el cuerpo paradisiaco de los Hijos Creadores. Esto supone: [78]
Al cuarto circuito de Havona se le llama a veces el «circuito de los Hijos». En este circuito el cuerpo de reserva de los Migueles Paradisiacos mantienen escuelas especiales de servicio que ofrecen un ministerio mutuo a los peregrinos ascendentes y descendentes. [89]
En la asociación de Deidades de Dios Séptuple, los Hijos Creadores proporcionan el mecanismo por el cual lo mortal se vuelve inmortal y lo finito alcanza el abrazo de lo infinito. [90] Los Hijos Paradisiacos actúan como rehabilitadores de aquello que la voluntad desviada de las criaturas ha puesto en peligro espiritual. [91] Los Hijos Creadores representan al Padre y al Hijo en sus creaciones. [92]
Los mortales pueden fusionarse con un Hijo. Véase más en el enlace sobre los Mortales fusionados con el Hijo. En estos casos las entidades fragmentadas de los Hijos Creadores se fusionan con los mortales. [93] El «espíritu de fusión» de un Hijo Creador lo ponen en ejecución los Espíritus Reflectantes de los universos superiores. [94]
Los Creadores nunca juzgan a sus criaturas; esta función pertenece exclusivamente a las criaturas que poseen una gran formación y una experiencia real como criaturas. [95] La criatura mortal debe encontrar a Dios. El Hijo Creador no se detiene nunca hasta que encuentra al hombre —la criatura volitiva más humilde. [96] Existe una íntima comunión personal entre los Hijos Creadores y sus criaturas mortales. [97]
La naturaleza, la misión, el ministerio, las asociaciones, el origen y el destino de los Hijos Creadores es estudiado en segunda etapa de luz y vida. [98]
Es totalmente inútil especular sobre la función de estos Hijos Creadores en relación con los universos exteriores actualmente en proceso de formación preliminar. Pero es una suposición muy extendida que los Migueles, los Hijos Creadores, están destinados a ejercer su actividad en los universos exteriores. [99]
Un Hijo Creador, después de asumir su soberanía, ya no puede formular tipos de criaturas completamente nuevos. [100] Su poder personal está limitado por los circuitos gravitatorios preexistentes centrados en el Paraíso. [101] No pueden otorgar personalidad, sólo el Padre Universal lo hace. [102] Los diseños de nuevos tipos de criaturas deedn tener el consentimiento del Hijo Madre Original y Eterno. [103] El Espíritu Infinito debe aceptar cualquier nueva transformación de la energía-materia. [104]
Los Hijos de los universos locales pueden decretar la supervivencia del hombre mortal, pero sólo los Ancianos de los Días pueden emitir un juicio ejecutivo sobre las cuestiones de vida y de muerte eternas. [105] Un Hijo Creador no sufre el obstáculo del tiempo, pero está condicionado por el espacio; no puede estar personalmente en dos lugares al mismo tiempo. [106]
Aunque los Hijos Creadores comparten plenamente la divinidad del PAdre, e incluso algunas fases de su absolutidad, no están totalmente limitados por esa sabiduría final que dirige la voluntad infinita del Padre. [107]
Un Miguel Creador presta a la Trinidad el juramento de no asumir la soberanía suprema hasta que no haya terminado sus siete donaciones como criatura y éstas hayan sido certificadas por los gobernantes del superuniverso. [108]
El Hijo Eterno está limitado en la transmisión de las prerrogativas de creador. Pero una vez que estos Hijos coordinados han sido engendrados, parece ser que las prerrogativas creadoras no pueden transmitirse más allá. Un Hijo Creador nunca puede transmitir o delegar las prerrogativas creadoras a sus Hijos. [109] Un Hijo Creador no puede dejar su mundo sede hasta el momento en que se ha efectuado la estabilización gravitatoria del reino. [110] No hay forma de limitar el elemento de tiempo de las prerrogativas del creador. [111]
Los Espíritus Maternos son los ayudantes y ministros efectivos de los Hijos Creadores. [112] La presencia espiritual de los Hijos Creadores puede ser conferida a los Espíritus Maternos durante las ausencias de los Hijos. [113]
Después de terminar su séptima donación el Hijo Creador triunfante eleva al Espíritu Madre del Universo a la cosoberanía y reconoce al Espíritu consorte como su igual. [114] Los Espíritus Maternos pueden lograr la unión con los Hijos Creadores en la eternidad. [115] Tanto el Hijo como el Espíritu Materno participan en la creación de universos locales. [116] Si los Hijos Creadores son destinados a los universos exteriores en el futuro, las Ministras Divinas los acompañarán sin duda alguna. [117]
La soberanía de un Hijo Creador en un universo local pasa por seis, o quizás siete, etapas de manifestación experiencial. [118] Hasta que obtienen su soberanía, los Hijos Creadores gobiernan como Vicegerentes del Padre. [119] Los Hijos sólo pueden administrar aquello que traen a la existencia. [120]
Cuando el Hijo Eterno concede un Hijo Creador a un universo local en proyecto, ese Hijo Creador asume la plena responsabilidad de acabar, controlar y componer ese nuevo universo. [121] Un Hijo Creador podría imponer su plena soberanía sobre su creación personal en cualquier momento, pero elige sabiamente no hacerlo. [122]
Un Hijo Creador recibe el campo de actividad de un universo con el consentimiento de la Trinidad del Paraíso. Esta acción constituye un título de propiedad física, un arrendamiento cósmico. [123]
Al aceptar la soberanía inicial como vicegerente de un universo local en proyecto, un Miguel Creador presta a la Trinidad el juramento de no asumir la soberanía suprema hasta que no haya terminado sus siete donaciones como criatura y éstas hayan sido certificadas por los gobernantes del superuniverso. [124] La soberanía del universo local de los Migueles Maestros es como la soberanía futura del Supremo. [125] Todo el poder es concentrado en las manos de los Hijos Creadores cuando logran la soberanía. [126]
Al resolver la cuestión de la soberanía en un universo local, el Hijo Creador no se limita a demostrar su propia aptitud para gobernar, sino que revela también la naturaleza y describe la actitud séptuple de las Deidades del Paraíso. [127]
El Hijo Creador gobierna de manera suprema en todas las cuestiones relacionadas con las asociaciones éticas, las relaciones entre cualquier agrupación de criaturas y cualquier otra clase de criaturas. [128]
Aunque el Padre Universal gobierna con toda seguridad sobre su inmensa creación, en la administración de un universo local actúa a través de los Hijos Creadores. [129]
El Padre Universal habla para reconocer la unión eterna del Hijo Creador y del Espíritu Creativo, y para confirmar la concesión de ciertos poderes administrativos conjuntos. [130] El Padre da vida a los Hijos Creadores sin restricción. [131] Aquello que un Hijo Creador desea y su Padre lo quiere, EXISTE. [132]
Véase también: LU 21; LU 7:6; LU 7:4.5; LU 23:4.