El éxtasis espiritual auténtico está generalmente acompañado de una gran calma exterior y de un control emocional casi perfecto. [1]
El éxtasis religioso es aceptable cuando resulta de unos antecedentes sanos, pero estas experiencias son con más frecuencia la consecuencia de influencias puramente emocionales que la manifestación de un carácter espiritual profundo. [2]
La prueba práctica para todas estas extrañas experiencias religiosas de misticismo, éxtasis e inspiración consiste en observar si estos fenómenos hacen que un individuo: [3]
- Disfrute de una salud física mejor y más completa.
- Actúe de una manera más práctica y eficaz en su vida mental.
- Adapte su experiencia religiosa con más plenitud y alegría a la vida social.
- Espiritualice de una forma más completa su vida cotidiana, mientras cumple fielmente con los deberes corrientes de la existencia humana rutinaria.
- Aumente su amor y su apreciación de la verdad, la belleza y la bondad.
- Conserve los valores sociales, morales, éticos y espirituales generalmente reconocidos.
- Incremente su perspicacia espiritual —su conciencia de Dios.