Ser justo es una condición previa para mostrar equidad. [1] La equidad considera los motivos subyacentes y las tendencias raciales. [2] En todas nuestras oraciones, seamos equitativos; no esperes que Dios te ame más que a los demás. [3]
Las pruebas son la base de la equidad, la justicia en armonía con la misericordia, y son proporcionadas por las personalidades de la Fuente-Centro Tercera. [4] En Havona los requisitos son adecuados e inherentemente naturales. [5]
La equidad es uno de los frutos del espíritu. [6] La justicia eterna y la misericordia divina unidas constituyen lo que en la experiencia humana se llamaría equidad. [7]
Dios es misericordioso con los mortales primitivos. [8]
El hombre primitivo no experimentaba mucho resentimiento por lo que hoy se consideraría como una injusticia; se daba por sentado que los que tenían el poder lo utilizarían de manera egoísta. No obstante, la categoría de cualquier civilización se puede determinar con mucha exactitud analizando la minuciosidad y la equidad de sus tribunales, y la integridad de sus jueces. [9]
Las preguntas de Jesús en el templo evidenciaron un espíritu de honradez. [10] Jesús se negó a aprovechar una ventaja injusta. [11]