La confianza en uno mismo se basa en la seguridad de hacer la voluntad del Padre, tal como Jesús halló paz y gozo al cumplir el propósito de Dios durante su estancia en la Tierra. [1] No hay que deplorar la confianza en uno mismo razonable, pues permite al hombre trascenderse a sí mismo y distinguirse del reino animal. [2]
La presuntuosa confianza en sí mismo de Pedro le trajo problemas a él y a los demás, pero recibiría ayuda de la experiencia por la que pasaría esa noche. [3]
El Espíritu de la Verdad da a los creyentes una nueva conciencia de gozo, seguridad y confianza espirituales, impulsándolos a proclamar el evangelio y la resurrección de Jesús. [4]