El coraje es la confianza completamente honesta en las cosas que uno profesa creer. [1]
La valentía es la práctica de enfrentarse a los hechos de la vida, a los descubrimientos materiales y a los progresos espirituales, con la seguridad de la filiación con Dios. [2] La valentía era el corazón de las enseñanzas de Jesús. [3] La valentía es la fuerza de carácter. [4]
La guerra ha tenido un valor social para las civilizaciones pasadas porque premiaba la entereza y la valentía. [5]
Los hijos ascendentes del tiempo, para llegar a Havona, deben mostrar un valor indomable frente a la inmensidad y una fe invencible al enfrentarse al desafío de lo inexplicable. [6] La fe genera un profundo valor a pesar de la adversidad y la calamidad. [7] Tristemente muy pocas personas en Urantia se deleitan en cultivar las cualidades del pensamiento cósmico valiente e independiente. [8] La amistad es indispensable para conservar la valentía para librar esas batallas que siguen a la ascensión a unos niveles superiores de vida humana. [9] El peligro de la valentía es que a veces conduce a la imprudencia, la presunción, y el orgullo propio. [10]
El valor de Jesús era magnífico, pero nunca fue temerario. Su lema era: «No temáis». Su valentía era altiva y su coraje a menudo heroico. Pero su coraje estaba unido a la discreción y controlado por la razón. Era un coraje nacido de la fe, no la temeridad de una presunción ciega. Era realmente valiente pero nunca atrevido. [11]
Es fácil morir en el campo de batalla cuando la presencia de vuestros camaradas de combate fortalece vuestra valentía, pero se requiere una forma superior y más profunda de valentía y de devoción humanas para dar la vida con serenidad y en solitario por el amor de una verdad guardada en vuestro corazón. [12]