El Espíritu de la Verdad os transforma y os dota de poder para llevar a cabo la voluntad perfecta de Dios. [1]
Las curaciones que Jesús efectuó a los pacientes de Elman se parecen a milagros, pero son transformaciones en personas expectantes y dominadas por la fe, bajo la influencia de una personalidad positiva. [2]
El deseo supremo de hacer la voluntad del Padre, unido al gozo de la realización de la fe, conduce a un ministerio espiritual amoroso, a la comunión intelectual y al servicio social, que son un subproducto de la transformación espiritual. [3]