En el momento de la máxima emergencia de las tierras, la espina dorsal de la masa terrestre asiática alcanzó una altura de casi quince kilómetros. [1] En El Libro de Urantia se ofrecen abundantes datos sobre los procesos geológicos en Asia. [2]
El litoral oriental de Asia se encuentra suspendido sobre el precipicio de las profundidades oceánicas contiguas, amenazando con deslizarse hacia una tumba marina. [3]
Asia es la cuna de la raza humana. [4] Andonitas se diseminaron por todo el centro de Asia en el 15.000 a.C. [5] La mayoría de los animales que convenían mejor para la domesticación se encontraban en Asia, especialmente en las regiones centrales y del suroeste. [6] La raza amarilla expulsó a la raza roja de Asia. [7]
Ningún hombre rojo volvió nunca a Asia. Pero por toda Siberia, China, Asia central, la India y Europa, dejaron tras ellos a muchos descendientes suyos mezclados con las otras razas de color. [8] La raza amarilla también expulsó a los andonitas de Asia. [9] En Asia, la última manifestación de canibalismo fue la de comerse a estos criminales ajusticiados. [10]
Los primeros educadores de la religión de Salem penetraron hasta las tribus más apartadas de África y Eurasia, predicando constantemente el evangelio enseñado por Maquiventa de la fe y la confianza del hombre en un solo Dios universal como único precio a pagar para obtener el favor divino. [11]