El origen de la veneración del arca se debe a que Moisés consintió en poner reliquias junto a la ley y formar con ello una mezcla de alta de guerra y santuario religioso para evitar intentar desplazar demasiado rápido a los fetiches de sus seguidores. [1] El rey David ganó el arca después de la derrota de los filisteos, la llevó a Jerusalén e instaló oficialmente el culto a Yahvé en su reino. [2] En cada sinagoga hay un cofre con las escrituras sagradas llamado el arca o hejal. [3]