Debemos aceptar los desafíos sin quejarnos y a enfrentarnos con las dificultades y las incertidumbres sin temor. [1]
Los cinco meses de prueba de los apóstoles en que pescaron y trabajaron como predicadores resultó ser agotadora pero provocó un amor y fidelidad a Jesús por encima de todo. [2] La vida mortal es una prueba corta e intensa, pero hay muchas otras etapas de prueba en la existencia futura. [3] Las dificultades pueden desafiar a la mediocridad y derrotar a los temerosos, pero no hacen más que estimular a los verdaderos hijos de los Altísimos. [4]
El gran desafío para el hombre moderno consiste en conseguir una mejor comunicación con el Monitor divino que reside en la mente humana. [5]
El desafío religioso de la época actual es que hombres y mujeres con visión de futuro y perspicacia espiritual construyan una nueva y atrayente filosofía de la vida. [6]
El gran desafío que ha sido lanzado a los hombres mortales es el siguiente: ¿Decidiréis personalizar en vuestra propia individualidad evolutiva los significados válidos del cosmos o permitiréis que sean otros los que hagan una contribución personal al Supremo? [7]