El concepto de dos tipos de espíritus fantasmas se desarrolló de manera lenta pero segura en todo el mundo. [1]
Esta creencia permitió al hombre conciliar las variables de la casualidad con un concepto de fuerzas supermortales inmutables, pero esta doctrina siempre ha hecho difícil desde entonces que las personas religiosas puedan concebir la unidad cósmica. [2] El concepto del doble espiritismo, de los espíritus buenos y malos, dio nacimiento a las creencias posteriores en la magia blanca y la magia negra. [3]
El concepto de las fuerzas buenas y malas, contenido en el doble espiritismo, ofreció al hombre amplias ocasiones para intentar oponer un agente a otro, porque si un hombre fuerte podía vencer a uno más débil, entonces un espíritu poderoso podía dominar sin duda a un fantasma inferior. [4] Estas creencias se mezclaron más tarde con la superstición de los fantasmas buenos y malos, de los buenos y malos espíritus. [5]
El joven Jesús estuvo dispuesto a aceptar la doctrina de los buenos y de los malos espíritus como una posible explicación de los fenómenos mentales y espirituales; pero empezó a dudar muy pronto de que estas influencias invisibles fueran responsables de los acontecimientos físicos del mundo natural. [6]
Zoroastro estuvo muy afectado por el concepto predominante del dualismo espiritual, de los espíritus buenos y malos, al mismo tiempo exaltó claramente la idea de una Deidad eterna y de la victoria final de la luz sobre la oscuridad. [7]