La Deidad desempeña sus funciones en los niveles personales, prepersonales y superpersonales. La Deidad Total está actuando en los siete niveles siguientes: [1]
Los Siete Espíritus Maestros no expresan del todo a la Deidad triple, son el retrato eterno de la Deidad séptuple, de las funciones activas y asociativas de las tres personas eternas de la Deidad. [2]
Al examinar la génesis de la realidad, hay que tener presente que toda la realidad absoluta procede de la eternidad y que su existencia no tiene principio. Cuando se habla de realidad absoluta, son las tres personas existenciales de la Deidad, a la Isla del Paraíso y a los tres Absolutos. Estas siete realidades son eternas de una manera coordinada. [3] La presencia de la Deidad sólo es absoluta en el Paraíso superior. [4]
Aunque la manifestación de la Divinidad puede ser múltiple, en la experiencia humana la Deidad es única, siempre una sola. [5]
La Deidad es una unidad, existencial en la Trinidad, experiencial en el Supremo y, en los mortales, las criaturas consiguen dicha unidad fusionando con el Ajustador. [6]
La Deidad es unidad, y la unidad de la Deidad engloba no solamente los valores espirituales del Padre Universal y del Hijo Eterno, sino que conoce también los hechos energéticos. [7] Las distintas naturalezas de la Deidad son: El Padre, El Hijo, El Espíritu, El Supremo, El Séptuple, El Último y El Absoluto. [8]
La Deidad puede personalizarse como Dios; es prepersonal y superpersonal de maneras no del todo comprensibles para el hombre y se caracteriza por la cualidad de la unidad, cualidad que suele conocerse con el apelativo de divinidad. [9] La Deidad es la fuente de todo lo que es divino. [10] El Supremo es el máximo de Deidad que las criaturas pueden entender. [11] La verdad, la belleza y la bondad son revelaciones de la Deidad, los elementos comprensibles de ella. [12] La Deidad es la meta trascendental, e incluso infinita, de la consecución universal y eterna. [13] El equivalente de la mente, la capacidad para conocer y ser conocido, es natural en la Deidad. [14]
A pesar de que hay una sola Deidad, existen tres personalizaciones verdaderas y divinas de la Deidad: el Padre Universal, el Hijo Eterno y el Espíritu Infinito. [15] No se puede discernir que el Padre sea absoluto como Deidad total, salvo en la Trinidad del Paraíso. [16] Los circuitos maestros del gran univers derivan de las presencias de personalidad de las Deidades del Paraíso. [17] La materia física es la sombra espacio-temporal del resplandor energético paradisiaco de las Deidades absolutas. [18]
Aunque a la Deidad absoluta y existencial no le influyen de ninguna manera las actitudes leales o desleales de los seres creados, a la Deidad subabsoluta y experiencial le influyen clara y directamente las lealtades de las criaturas finitas. [19] La tarea de los peregrinos de Havona es el reconocimiento espiritual y de personalidad de las Deidades. [20]
Aunque ninguna persona individual de las Deidades del Paraíso llena todo el potencial de la Deidad, colectivamente lo llenan las tres, ya que tres parece ser el número mínimo de seres que se necesitan para activar el potencial prepersonal y existencial de la Deidad total —del Absoluto de la Deidad. [21] En el universo de universos, el Paraíso y sus Deidades trascienden tanto el tiempo como el espacio. [22] Dios como Padre tiene prioridad sobre todas las otras fases de la manifestación de la Deidad en todas las relaciones de la divinidad con la humanidad. [23]
El Padre Universal, el Hijo Eterno y el Espíritu Infinito son en cierto sentido las personalidades que constituyen la Deidad total. Su unión en la Trinidad del Paraíso y la función absoluta de la Trinidad equivalen a las funciones de la Deidad total. [24]
Las Deidades evolutivas asociadas a las tres Deidades del Paraíso son: Dios Supremo, Dios Último y probablemente Dios Absoluto. [25]
La primera y segunda Trinidad experienciales, las Trinidades posteriores a Havona, no pueden ser infinitas porque contienen Deidades derivadas, unas Deidades que han evolucionado. [26]
El progreso continuo de la evolución en los universos del espacio-tiempo va acompañado de revelaciones cada vez más amplias de la Deidad para todas las criaturas inteligentes. [27]
El Padre ha logrado expresar la Deidad existencial de sí mismo en el Hijo y el Espíritu, y ahora está consiguiendo expresarse experiencialmente como Dios Supremo, Dios Último y Dios Absoluto en unos niveles de deidad hasta ahora impersonales y no revelados. [28] El control excesivo de las Deidades experienciales hace que los fenómenos de sus actividaes sean impredecibles. [29] Su presencia está influenciada por la lealtad de las criaturas. [30]
La unidad de las Deidades existenciales se traduce en un potencial unificante de poder de la soberanía de la supremacía experiencial, la unificación de la Deidad evolutiva. [31]
Las entidades fragmentadas de la Deidad, como los Ajustadores del Pensamiento, apareden en la clasificación de seres del Paraíso; y hay muchos otros tipos de fragmentaciones no revelados. [32] En la clasificación del Paraíso existen seres no revelados de origen directa en la Deidad. [33]
La naturaleza de la Deidad puede describirse por estas características:
A la energía y a las repercusiones materiales de los actos de la Deidad difícilmente se les podría llamar Deidad. El Paraíso no es Deidad. [34]
La personalización de la Deidad culminó con el Espíritu Infinito. Primero el Padre donó la plenitud de sí mismo a la personalidad de su Hijo, y entonces ambos recurrieron al poder infinito de su unión Padre-Hijo para conferir las cualidades y atributos a una personalidad conjunta, el Espíritu Infinito. [35] Las realidades de Deidad buscan la realización en la personalización. [36]
La personalización triple de la Deidad fue una inevitabilidad absoluta, y la aparición de los Siete Espíritus Maestros fue una inevitabilidad subabsoluta. [37]
El Padre Universal ha establecido un séptuple acercamiento a la Deidad para las criaturas evolutivas: [38]