La incapacidad para resolver este problema da origen al tipo más primitivo de sentimientos humanos de culpa. [1] El sentimiento de culpa. [2]
El hijo es inmaduro y no comprende plenamente la profundidad de la relación entre padre e hijo; por eso experimenta con frecuencia un sentimiento de separación culpable cuando no tiene la plena aprobación de su padre, pero un verdadero padre nunca tiene conciencia de una separación semejante. [3] El sentido o sentimiento de culpa es la conciencia de haber violado las costumbres; no es necesariamente un pecado. [4]
No nos sintamos abatidos por nuestra incapacidad para olvidar completamente algunas de nuestras experiencias más lamentables. [5]
Jesús destruyó las bases de toda esta culpabilidad ficticia y de este sentimiento de aislamiento en el universo al afirmar que el hombre es un hijo de Dios; la relación entre la criatura y el Creador fue puesta sobre la base de una relación entre padre e hijo. [6]
Jesús dijo: «Mis discípulos no solamente deben dejar de hacer el mal, sino aprender a hacer el bien; no sólo tenéis que purificaros de todo pecado consciente, sino que tenéis que negaros incluso a albergar sentimientos de culpa. [7]
El Antiguo Testamento relata una de estas ordalías, una prueba de culpabilidad matrimonial: Sus métodos primitivos para descubrir los crímenes consistían en utilizar las ordalías del veneno, el fuego y el dolor. [8]
Pedro quedó acongojado y abatido por el sentimiento de culpa después de negar a Jesús. [9]