Hace poco más de un millón de años que aparecieron repentinamente los mamíferos precursores mesopotámicos, los descendientes directos del tipo de lémur norteamericano de mamíferos placentarios. [1] Desarrollaron un temor extraordinario que les condujo a tomar las prudentes medidas de precaución que tanto contribuyeron a su supervivencia. [2] Dieron lugar a los mamíferos intermedios después de 70 generaciones. [3]
Cuando aumentó el número de miembros de este grupo nuevo y superior, estalló la guerra, una guerra implacable; y cuando la terrible contienda terminó, no quedó vivo ni un solo individuo de la raza ancestral preexistente de mamíferos precursores. [4]
La madre directa, parecida a los lémures, de la especie de los mamíferos precursores, se libró por los pelos de la muerte al menos cinco veces antes de dar a luz al padre del nuevo orden de mamíferos superiores. [5]
Estos pequeños animales caminaban principalmente sobre sus patas traseras; poseían un cerebro grande en proporción a su tamaño y en comparación con el cerebro de otros animales. [6] Experimentaban una gran parte de las emociones y compartían un buen número de los instintos que caracterizarían más tarde al hombre primitivo. [7] Eran en verdad muy gregarios, pero sin embargo se mostraban extremadamente belicosos cuando eran molestados. [8]
Véase también: LU 62:2.