Al llegar a Havona, a los seres se les concede un período de tiempo libre para la libre observación y la reconexión con amigos y asociados de su experiencia de ascensión. [1]
A los que llegan a los mundos de estancia se les conceden diez días de libertad personal para explorar, familiarizarse, consultar el registro y visitar a sus seres queridos antes de comenzar su entrenamiento en las esferas de entrenamiento. [2] Los ángeles promueven la utilización provechosa del tiempo libre humano fomentando el juego, el humor y el descanso. [3] La civilización nunca puede florecer hasta que el hombre tenga tiempo libre para pensar, planificar e imaginar nuevas formas de hacer las cosas. [4]
Nuestros primeros antepasados tenían poco o ningún tiempo libre para pensar en la sociedad y la civilización, a diferencia de nosotros que vivimos hoy en una época de cultura y progreso social en ciernes. [5]
El lenguaje no funcionó hasta que los grupos sociales adquirieron tiempo libre, lo que permitió la evolución de los dialectos y el desarrollo de la jerga hasta convertirse en lenguaje. [6] El estado ideal fomenta el uso provechoso y edificante del tiempo libre, y exige que éste produzca además de consumir. [7]
La influencia de la religión en la sociedad, a través del tiempo libre de los sacerdotes que promueven el arte y el conocimiento, ha sido crucial para impulsar a la humanidad hacia el progreso intelectual y la sabiduría. [8]
La vida pastoral permitió liberarse de la constante recolección de alimentos, lo que condujo a un mayor tiempo libre para las actividades culturales e intelectuales. [9] El tiempo libre rara vez se aprovecha en los trópicos, donde las civilizaciones tienden a priorizar la supervivencia sobre el progreso. [10]
El tiempo libre no ganado, que a menudo se percibe como buena suerte, puede ser en realidad la mayor aflicción humana debido a su potencial para obstaculizar el crecimiento personal y el desarrollo del carácter. [11]