Los cínicos predicaban la sencillez y la virtud, y animaban a los hombres a afrontar la muerte sin temor. [1]
Donde mejor se conservaron los residuos de las enseñanzas de los discípulos de Melquisedek fue en las doctrinas de los cínicos, con excepción de las que sobrevivieron en la religión judía. [2] Se caracterizaban por ser predicadores errantes y remontaban su filosofía a Diógenes de Atenas. [3]
La religión occidental languideció así hasta la época de los escépticos, los cínicos, los epicúreos y los estoicos, pero muy en particular hasta los tiempos de la gran controversia entre el mitracismo y la nueva religión cristiana de Pablo. [4] Ganid hizo un resumen de las enseñanzas de esta religión mientras estuvo en Alejandría con Jesús. [5]