En el Mioceno y Oligoceno en Europa apareció por evolución el predecesor de la familia canina, y pronto dio origen a numerosas especies de perros pequeños. [1] Hacia el final de la edad de hielo, la mayoría de los perros y otras especies animales se habían extinguido en Norteamérica. [2] Al principio los perros se limitaban a aullar, pero más tarde aprendieron a ladrar. [3] El perro fue adoptado por primera vez por el hombre azul. [4] Fue el primer animal en ser domesticado. Se utilizó como comida, para la caza, como transporte, y como compañía. [5] El perro era el primer animal que se había domesticado, y se tenía en gran estima como animal doméstico y como alimento. [6] El empleo de perros guardianes permitió por primera vez que todo el clan pudiera dormir por la noche. [7] Se creía que los perros podían detectar la proximidad de los fantasmas, y que lo avisaban mediante aullidos. [8] Los padres de Abel supieron que había muerto cuando sus perros llevaron los rebaños a la casa sin su dueño. [9] El perro se convirtió en el animal sagrado de los parsis. [10]
Jesús y Ganid habían disfrutado jugando con un perro pastor muy inteligente, y Ganid quiso saber si el perro tenía alma, si tenía voluntad. Jesús le respondió que el perro no puede conocer a Dios y no puede disfrutar de una experiencia espiritual. [11]
Fueron los perros los que provocaron que los cerdos cayeran por un precipicio en el suceso de la supuesta curación de Jesús de un endemoniado en Jeresa. [12]
Norana, la mujer siria que quería que Jesús curase a su hija, se comparó con un perro que desea comer las migajas que caen de la mesa de los privilegiados, algo que provocó la alabanza de Jesús al ver una fe tan grande. [13]
Decía Jesús: «No ofrezcáis las cosas santas a los perros, ni arrojéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que pisoteen vuestras joyas y se vuelvan para despedazaros». [14]