El Ajustador es para nosotros aquello que nivela de manera compensatoria la enorme tensión universal creada por la distancia que separa al hombre de Dios. [1]
Existen muchas compensaciones para las rebeliones como la de Lucifer: una es el mejoramiento de las carreras de aquellos ascendentes mortales, ciudadanos de Jerusem, que por resistirse a los sofismas del pecado se colocaron en la vía de convertirse en futuros Mensajeros Poderosos. [2]
Aunque el Padre Universal está personalmente presente en el universo residencial, no habita en la mente de los seres que tienen su origen en ese universo. [3] Existen, por supuesto, ciertas compensaciones por las tribulaciones, tales como la donación de Miguel en Urantia. [4] Las ganancias de una mayor lealtad compensan la tribulación anterior. [5] Los dioses toman nota de las necesidades del hombre en cada etapa. [6]
Los ciudadanos evolutivos del gran universo tendrán sin duda la ocupación de compensar a los habitantes del espacio exterior por esta privación del crecimiento de la Supremacía. [7] Sin embargo, existe cierto precio inevitable a pagar ligado a la existencia humana en esos planetas evolutivos avanzados. [8]
En los universos del espacio que evolucionan en el tiempo, la divinidad está más atenuada, los problemas por resolver son más difíciles, y su solución proporciona mayores ocasiones para adquirir experiencia. [9] Los problemas de Nebadon lo convirtieron en una clínica educativa para otras creaciones cercanas. [10]
El aislamiento de las esferas ofrece a sus razas una oportunidad única para ejercitar su fe y para desarrollar una calidad de confianza especial en la fiabilidad cósmica. [11]
Durante su larga y afectuosa asociación con los nativos de Havona, los mortales ascendentes hacen muchas cosas para compensar el empobrecimiento espiritual de las etapas iniciales de la progresión humana. [12]
La fusión con el Hijo o con el Espíritu parecen ser compensaciones por los fallos inexplicados en algún detalle del plan para alcanzar el Paraíso, pero no es así. Todos estos sucesos son de conformidad con las leyes establecidas. [13] Los mortales fusionados con el Espíritu obtienen una sabiduría sin igual con respecto al universo local. [14]
El Supremo en evolución compensará finalmente a las criaturas finitas por su incapacidad para conseguir algo más que un contacto experiencial limitado con el universo de universos. [15] Aquellas personalidades que se encuentran más lejos de Dios, y que pueden experimentar así el mayor grado de ascensión espiritual en el universo. [16]
El universo aplica infaliblemente técnicas igualadoras destinadas a asegurar que ningún ascendente sea privado de nada esencial para su experiencia de ascensión. [17]