La Deidad se caracteriza por la cualidad de la unidad —actual o potencial— en todos los niveles supermateriales de la realidad, y las criaturas comprenden mejor esta cualidad unificadora con el apelativo de divinidad. [1] La DIVINIDAD es la cualidad característica, unificadora y coordinadora de la Deidad. [2]
La criatura solamente puede unificarse con el Creador mediante la perfección, la armonía y la unanimidad de la voluntad; este estado de divinidad sólo se puede alcanzar y mantener si la criatura continúa viviendo en el tiempo y en la eternidad conformando constantemente su voluntad personal finita a la voluntad divina del Creador. [3] Este poder experiencial, que procede de los logros como divinidad del mismo Dios Séptuple, manifiesta las cualidades cohesivas de la divinidad. [4]
La divinidad es comprensible para las criaturas como verdad, belleza y bondad; está correlacionada en la personalidad como amor, misericordia y ministerio; y se revela en los niveles impersonales como justicia, poder y soberanía. [5] Comprendemos a la divinidad en la adoración, el servicio social y la experiencia espiritual personal. [6] Conciencia de la divinidad es una experiencia espiritual progresiva. [7] Existe una técnica divina para acercarse a la Divinidad; y para adquirir esta técnica los peregrinos deben esperar hasta llegar al Paraíso. [8]
La infinidad de la divinidad se está enriqueciendo constantemente, si no ampliando, gracias a la finitud y a la absonidad de la experiencia de las criaturas y de los Creadores. [9]
En un universo de universos tan extenso, siempre existe el gran peligro de sucumbir al error de un punto de vista circunscrito, al mal inherente a una concepción fragmentaria de la realidad y de la divinidad. [10] Los frutos de la divinidad son paz intelectual, el progreso social, la satisfacción moral, la alegría espiritual y la sabiduría cósmica. [11]
La divinidad actúa en la personalidad de los mortales bajo la forma del Ajustador, el don del Padre, el Espíritu de la Verdad del Hijo, el Espíritu Santo y el Supremo. [12] La grandeza es el grado de semejanza a Dios. [13] El espíritu de la divinidad se vuelve así humildemente obediente a la elección de las criaturas de los reinos. [14] El funcionamiento actual de la divinidad en los superuniversos se manifiesta activamente en las obras de los Creadores Supremos. [15]
La Divinidad puede ser perfecta —completa—, como en los niveles existenciales y de los creadores pero también puede ser imperfecta, como en los niveles experienciales y de las criaturas. [16] La humanidad nunca podrá descubrir a la divinidad salvo a través del camino de la experiencia religiosa y mediante el ejercicio de la fe verdadera. [17]
La personalidad divina no es egocéntrica; la distribución de sí misma y el compartir la personalidad caracterizan la individualidad divina con libre albedrío. [18] Los residentes del Paraíso participan de la «esencia de la divinidad». [19] Aunque la manifestación de la Divinidad puede ser múltiple, en la experiencia humana la Deidad es única, siempre una sola. [20]
La búsqueda perseverante de la divinidad conduce al reino de Dios, en contraste con su continuo rechazo, el cual conduce a los dominios de la iniquidad. [21] La acción de la gravedad espiritual es la medida cualitativa de la energía viviente de la divinidad. [22] La estabilidad siempre es enteramente proporcional a la divinidad. [23]