La revelación de la Trinidad del Paraíso, primero por Caligastia, Adán y Eva, luego por Melquisedek y finalmente por Jesús, se desarrolló gradualmente a lo largo de milenios, conduciendo a una comprensión más profunda de la triple naturaleza de Dios. [1]
La enseñanza de Lao-tse sobre el Tao como la Primera Causa Única se alinea directamente con los conceptos de las tradiciones de Salem, enfatizando la unión eterna con la Trinidad del Paraíso. [2]
El concepto de Elohim en el judaísmo se originó en las antiguas enseñanzas sumerio-caldeas y fue adoptado posteriormente por los consejeros de Moisés durante el éxodo, integrándose en la teología hebrea tras la influencia babilónica. [3]
Pablo, sabiamente, eliminó muchas de las inconsistencias de Filón al combinar las teologías griega, romana y hebrea, excepto en la doctrina de la expiación, donde las enseñanzas de Filón divergían. [4]
El concepto cristiano de la Trinidad, proclamado en Antioquía, consistía en Dios, su Palabra y su Sabiduría, evolucionando hacia la Trinidad Paradisíaca de Padre, Hijo y Espíritu, representada por el Padre Universal, el Hijo Creador de Nebadon y el Ministro Divino de Salvington. [5]
El desarrollo del concepto de la Trinidad en la religión revelada trasciende las creencias triádicas de las religiones evolutivas, destacando la unidad única y eterna de la Trinidad Paradisíaca en el cosmos. [6]
La administración del origen trinitario concluye con el gobierno superuniversal, encarnando el concepto padre-madre en los universos locales. [7]
La Trinidad mantiene una actitud única y simultánea hacia lo finito, lo absonito y lo absoluto, abarcando todo el universo del pasado, presente y futuro. [8]
Los Siete Espíritus Rectores encarnan colectivamente a la Deidad séptuple, permitiendo que el Padre, el Hijo y el Espíritu funcionen como una unidad cohesiva a través del Espíritu Rector Número Siete, sirviendo como representación del poder funcional, la sabiduría y la autoridad de la Trinidad indivisa en los universos en evolución. [9] El nivel de manifestación determina el control de los diseños y tipos espirituales por parte de las personalidades de la Trinidad. [10]
Los nativos de Havona, creados por la Trinidad del Paraíso, son seres eternos sin padres criaturas ni necesidad de reproducción, lo que desafía la comprensión mortal del tiempo y el espacio. [11]
El reconocimiento de la Trinidad del Paraíso encarna la ley y la soberanía universales, ayudando al hombre a comprender la interrelación del amor y la ley en las creaciones espacio-temporales. [12]
Cuando un finalista mortal es abrazado por la Trinidad, como un Mensajero Poderoso, alcanza su destino, recibiendo todo lo que los finalistas alcanzarán como espíritus de la séptima etapa en la era universal actual. [13]
El Padre, el Hijo y el Espíritu pueden colaborar como personas en relación con la existencia real de la Trinidad del Paraíso, pero no como tres Deidades. [14] En la Trinidad del Paraíso, la realidad infinita está absolutamente unificada en la doble realización existencial y experiencial. [15] La Trinidad del Paraíso desempeña un papel crucial en la evolución del Ser Supremo, al igual que los Ajustadores lo hacen para los mortales. [16]
La Trinidad del Paraíso funciona con la administración de justicia y el supercontrol cósmico, siendo activamente suprema y absoluta en todos los asuntos relacionados con el valor de la personalidad. [17]
La Trinidad del Paraíso libera al Padre de las restricciones absolutas de la personalidad al unir su voluntad con la absolutez de la Deidad a través del Hijo Eterno, los Hijos divinos, el Actor Conjunto y los hijos del universo. [18] La providencia de la Trinidad del Paraíso se centra en el bienestar del todo, no de las partes individuales, a lo largo de la inmensidad del universo. [19]
La función de la Trinidad abarca todos los niveles, incluido el de la Supremacía, pasando de la creación inmediata a los actos creativos de los hijos de las Deidades a medida que transcurren las eras. [20] La fuente del Supremo, el foco culminante del crecimiento en los universos, proviene de la eterna e indivisa Trinidad del Paraíso. [21]
La religión, la filosofía y la cosmología armonizan la existencia trina de espíritu, mente y energía, que proviene de la Trinidad del Paraíso y alcanza la unificación espacio-temporal en la Deidad del Supremo. [22]
La Trinidad del Paraíso es una realidad de Deidad única, original y no totalmente predecible, distinta de las personalidades del Padre, el Hijo y el Espíritu. [23]
El Absoluto es la reacción impersonal y coordinada de la eterna Trinidad del Paraíso, que proporciona la unificación filosófica definitiva para todas las inteligencias del universo. [24] La personalidad de la Deidad exige igualdad con otras Deidades personales, lo que conduce al crecimiento del Trinitarianismo. [25]
La Trinidad del Paraíso se establece sobre la personalización del Espíritu Infinito, sentando las bases para el desarrollo eterno del propósito del Padre Universal a través del Hijo Eterno y el Dios de la Acción. [26] La Trinidad del Paraíso original, al ser existencial e infinita, era inevitable en su existencia eterna. [27] El Padre llena todo el potencial de la Deidad en la asociación trinitaria con el Hijo Eterno y el Espíritu Infinito. [28] La Trinidad tiene funciones, no atributos, a diferencia de las Deidades personales. [29] YO SOY es la causa y fuente primordial de la Trinidad y del Absoluto. [30] Una providencia cósmica imparcial gobierna toda la realidad con misericordia para los individuos e imparcialidad hacia la totalidad. [31] La incomprensible realidad de la Trinidad del Paraíso trasciende la comprensión del hombre mortal. [32] La Trinidad funciona en una capacidad impersonal, respetando lo finito con la máxima autolimitación, pero manteniendo su infinita asociación personal. [33]
La existencial y eterna Trinidad del Paraíso fue la única ineludible inevitabilidad en el universo, esencial para la realización de Dios Supremo, Dios Último y Dios Absoluto. [34]
El Supremo es la focalización del poder-personalidad de la Deidad trina del Paraíso en las fases evolutivas de la Supremacía, unificándose como un solo Señor, el Ser Supremo. [35]
La eterna unión de la Deidad del Padre Universal, el Hijo Eterno y el Espíritu Infinito, conocida como la Trinidad del Paraíso, constituye la única realidad de la Deidad que abarca la infinitud, facilitando la realización de Dios Supremo, Dios Último y Dios Absoluto. [36]
La unidad absoluta de la infinitud en la Trinidad existencial del Paraíso era inevitable, coordinada por la voluntad libre del Padre y materializada mediante la mente, abarcando la realización de Dios Supremo, Dios Último y Dios Absoluto. [37]
Gabriel asumió el mando de las huestes leales de Satania bajo el estandarte de Miguel, el emblema del gobierno de la Trinidad con tres círculos concéntricos de color azul celeste. [38]
Los finalistas prestan juramento a la Trinidad del Paraíso, prometiendo fidelidad eterna a Dios Supremo, al incorporarse al Cuerpo Mortal de la Finalidad, lo que refleja la soberanía evolutiva del Supremo en el establecimiento de los universos locales. [39]
El Séptimo Espíritu Rector simboliza la actitud de deidad de la Trinidad del Paraíso, mostrando los aspectos del Padre, el Hijo, el Espíritu, Dios Supremo, el Último y el Supremo-Último. [40]
Al realizar siete donaciones a las criaturas de su universo, Miguel completó la experiencia necesaria para comprender a las criaturas y aspirar a representar la máxima autoridad de la Trinidad del Paraíso en la administración de su universo local. [41]
Tras la primera erupción, tras la personalización del Espíritu Materno del universo local, la Trinidad del Paraíso aprueba la proclamación de intención del Hijo Miguel. [42]
Los observadores de la Trinidad, estacionados desde las constelaciones hasta las sedes de los superuniversos, garantizan una comunicación y coordinación fluidas dentro de la jerarquía celestial. [43]
Véase también: LU 10; LU 104; LU 0:12.1-5.