La creencia en los amuletos ha sido destruida; la tradición sofoca la iniciativa y la creatividad, conduciendo a la esclavitud del pasado. [1]
El nivel de libertad o iniciativa que poseas es directamente proporcional a cuánto te alineas con “la voluntad del Padre” y la haces en la experiencia humana. [2]
El industrialismo debería promover la iniciativa y alentar el individualismo de una manera civilizada, a diferencia de la naturaleza autocrática y cruel del militarismo. [3]
Los discípulos de Jesús, equipados con armas espirituales, deben conquistar el mundo con perdón infalible, buena voluntad incomparable y amor abundante, venciendo el mal con el bien y venciendo el odio con el amor. [4]
A medida que las clases sociales se solidifican en castas, la iniciativa personal disminuye, lo que obstaculiza el desarrollo individual y sofoca la cooperación social en una civilización en evolución. [5]
Los hombres deben aprovechar al máximo sus vidas, esforzándose persistentemente por mejorar su condición terrenal y aceptando su suerte con alegre ingenio. [6]
El desarrollo excesivo de las instituciones disminuye el valor y la iniciativa individuales, destacando la necesidad de que el hombre controle a las instituciones en lugar de ser controlado por ellas. [7]
La interrupción de la proclamación de la iniciativa individual condujo a la continua esclavitud a la tradición en Urantia, sofocando la creatividad e impidiendo la liberación del dominio de la moda. [8]
La vida bajo los cultos a los fantasmas se percibía como una apuesta, en la que el futuro de uno estaba dictado por el control de los espíritus en lugar del esfuerzo o el talento personal. [9]