La enseñanza sobre los ángeles guardianes no es un mito; algunos grupos de seres humanos tienen realmente ángeles personales. [1]
Los serafines guardianes se ocupan de los niños en la guardería probatoria del mundo finalitario exactamente de la misma manera que aportan su ministerio espiritual a los mortales en los planetas evolutivos, mientras que los fieles espornagias atienden sus necesidades físicas. [2]
Cuando termina una época planetaria, cuando se reúne a aquellos que se encuentran en los círculos inferiores de realización humana, sus guardianes colectivos son los que los reensamblan en las salas de resurrección de las esferas de las mansiones, tal como lo dicen las escrituras: «Y él enviará a sus ángeles con una voz poderosa y reunirá a sus escogidos desde un extremo al otro del reino». [3]
Durante todo el período en que los supervivientes dormidos carecen de vida, los valores espirituales y las realidades eternas de sus almas recién desarrolladas e inmortales son conservados como un depósito sagrado por los serafines guardianes personales o colectivos. [4]
La mayoría de los serafines, pero no todos, que sirven en los planetas y en los universos locales y que han sido acreditados para ascender hacia el Paraíso, se separarán de sus asociados mortales antes del largo vuelo hacia Havona y empezarán de inmediato una larga e intensa formación para ser asignados a una tarea excelsa, esperando conseguir como serafines la perfección de existencia y la supremacía del servicio. [5]
La técnica de la justicia exige que los guardianes personales o colectivos respondan al llamamiento nominal dispensacional en nombre de todas las personalidades no sobrevivientes. [6]
El serafín asignado patrocina el nuevo cuerpo, la forma morontial, como nuevo vehículo de vida para el alma inmortal y para ser habitado por el Ajustador que ha regresado. [7] Los supervivientes ven a los ángeles guardianes por primera vez en los mundos de las mansiones. [8] Los querubines y los sanobines siempre están asociados con ángeles guardianes en la tierra, pero no en los mundos de estancia. [9]
En las esferas morontiales, los dos serafines acompañantes son abiertamente nuestros compañeros. Estos ángeles no solamente se asocian con nosotros a medida que progresamos en la carrera de los mundos de transición, ayudándonos de todas las maneras posibles a adquirir el estado morontial y espiritual, sino que también aprovechan la ocasión para avanzar ellos mismos por medio del estudio en las escuelas de divulgación para serafines evolutivos que existen en los mundos de las mansiones. [10]
Si un peregrino ascendente fuera rechazado en la aventura de la Deidad mientras atraviesa Havona en compañía de un serafín ascendente, el ángel guardián de su carrera como mortal, este ángel escogería acompañar a su asociado mortal. [11]
Todas las asignaciones angélicas se llevan a cabo en un grupo de serafines voluntarios, y estos nombramientos siempre están de acuerdo con las necesidades humanas y con relación al estado de la pareja angélica. [12] Cuando llega el primer Ajustador a un mundo habitado, los serafines guardianes también hacen su aparición; son indispensables para salir del planeta. [13] Desde la donación de Miguel son asignados con arreglo a la inteligencia, la espiritualidad y el destino humanos. [14]
Aunque Andón y Fonta habían recibido Ajustadores del Pensamiento, así como muchos de sus descendientes, los Ajustadores y los serafines guardianes no llegaron en gran número a Urantia hasta los tiempos de Onagar. [15]
Los guardianes colectivos pueden servir en un planeta durante una época tras otra, y convertirse finalmente en los conservadores de las almas dormidas de miles y miles de supervivientes dormidos. [16]
Los intermedios no son hombres y tampoco son ángeles, pero los intermedios secundarios se encuentran por naturaleza más cerca de los hombres que de los ángeles; pertenecen en cierto modo a nuestras razas y por eso son tan comprensivos y compasivos en sus contactos con nosotros; son inestimables para los serafines en el trabajo que éstos realizan para nuestras razas y con ellas, y las dos órdenes son imprescindibles para los serafines que ejercen como muestros guardianes personales. [17]
Cuando alcanzamos el sexto círculo de espiritualidad, una pareja seráfica con una compañía de querubines está destinada a guiarnos en grupos de quinientos. [18]
A los serafines no se les conoce como guardianes del destino hasta el momento en que son nombrados para asociarse a un alma humana que ha realizado uno o más de estos tres logros: ha tomado la decisión suprema de volverse semejante a Dios, ha entrado en el tercer círculo, o ha sido enrolada en uno de los cuerpos de reserva del destino. [19]
Todos los guardianes personales y colectivos del sistema de Satania que se extraviaron durante la rebelión de Lucifer han de permanecer detenidos en Jerusem hasta el juicio final de la rebelión, a pesar de que muchos se arrepintieron sinceramente de su locura. [20]
Los serafines nos protegen; no tratan de influirnos directamente; debemos trazar vuestros propios derroteros, y estos ángeles actúan entonces para hacer el mejor uso posible del camino que hemos elegido. [21] Para los guardianes seráficos, los cabellos mismos de nuestra cabeza están contados. [22]
El serafín guardián manipula continuamente nuestro entorno con objeto de aumentar nuestra perspicacia cósmica, a fin de que podamos adquirir una conciencia acrecentada de la presencia del Ajustador interior y seamos capaces de ofrecer así una mayor cooperación con la misión espiritual de la presencia divina. [23]
Los ángeles no invaden la santidad de la mente humana; no manipulan nuestra voluntad; tampoco se ponen en contacto directo con los Ajustadores interiores. [24]
Los serafines actúan a nuestro favor independientemente por completo de nuestras peticiones directas; ejecutan las órdenes de sus superiores y ejercen así su actividad sin tener en cuenta nuestros caprichos pasajeros o nuestro humor cambiante. Esto no implica que no podamos hacer sus tareas más fáciles o más difíciles, sino más bien que los ángeles no se ocupan directamente de nuestras peticiones ni de nuestras oraciones. [25]
Por consiguiente, no se entrometen en la representación del drama humano excepto en casos de urgencia, y entonces lo hacen generalmente por orden directa de sus superiores. [26]
Los guardianes son más activos en los momentos en que los Ajustadores lo son menos, pero el ministerio de los dos está de alguna manera extrañamente correlacionado. [27]
Aunque no existe en apariencia ninguna comunicación entre los Ajustadores interiores y los serafines que rodean al hombre, siempre parecen trabajar en perfecta armonía y exquisito acuerdo. [28]
Con la ayuda de las criaturas intermedias y de los controladores físicos, pueden ejercer una gran variedad de actividades a favor nosotros, e incluso ponerse en contacto real con nosotros, pero estos acontecimientos son muy poco frecuentes. [29]
Véase también: LU 113:0-1.