Es conveniente no proporcionar ningún escollo a las autoridades. [1]
En todo lo que tenga que ver con planes de paz, debemos someternos al gobierno. En esas cuestiones debemos hacer lo que nos ordenen y guardar lo esencial de la ley. [2] Sólo hay que entrar en conflicto cuando los gobernantes requieren una adoración que pertenece solo a Dios. [3]
El último gran discurso de Jesús en nuestro mundo fue un largo discurso de casi dos horas que pronunció ante cincuenta seguidores sobre la filiación con Dios y la ciudadanía en los gobiernos terrenales. [4] Jesús prohibió a los apóstoles enredarse en la política. [5] Jesús no enseñó reglas de gobierno. [6] Les instó a no hacer acusaciones del gobierno. [7]
No deberíamos cometer nunca el error de identificar las enseñanzas de Jesús con alguna teoría política o económica, con algún sistema social o industrial. [8]
Mientras los jefes de los gobiernos terrestres intenten ejercer la autoridad de los dictadores religiosos, los que creen en el evangelio sólo pueden esperar dificultades, persecuciones e incluso la muerte. [9] El creyente tiene el deber de dar al César las cosas que son del César, y a Dios las cosas que son de Dios. [10] La ciudadanía cósmica es una cuestión de responsabilidad y de moralidad y así es por tanto enseñada en los cielos. [11]
Con respecto a los diversos grupos religiosos y partidos políticos de Palestina, Jesús siempre decía: «Tratamos de ganarlos a todos, pero no pertenecemos a ninguno de ellos». [12]
Jesús decía: «Cuando seáis llevados ante los gobernadores y los dirigentes, será para dar testimonio de vuestra fe y para mostrar vuestra firmeza en el evangelio del reino. Cuando estéis en presencia de los jueces, no os inquietéis de antemano por lo que vais a decir, porque el espíritu os enseñará en esa misma hora lo que deberéis contestar a vuestros adversarios». [13]
El Libro de Urantia contiene unos fragmentos de unas conferencias pronunciadas por Jesús en Urmia acerca de la soberanía política, aunque adaptadas para poder ser aplicables a las condiciones políticas del siglo XX. [14]
Los asuntos de todos los mundos están supervisados divinamente. [15]
En su contacto con las creaciones posteriores a Havona, el Padre Universal no ejerce su poder infinito y su autoridad final por transmisión directa, sino más bien a través de sus Hijos y de las personalidades subordinadas a ellos. El Padre gobierna por medio de sus Hijos; a través de toda la organización universal existe una cadena ininterrumpida de gobernantes que termina en los Príncipes Planetarios, los cuales dirigen los destinos de las esferas evolutivas de los inmensos dominios del Padre. [16]
Las diversas subadministraciones del universo tienen asignados ciertos ámbitos de responsabilidad especiales. Por ejemplo, el gobierno de un sistema se ocupa de los problemas biológicos. [17]
En cuanto al gobierno del universo central, Havona, no existe ninguno. En todas las necesidades de Havona se revela la razón de la rectitud y la regla de la justicia. [18]
Como personas, podéis concebir al Padre Universal y al Hijo Eterno como individuos distintos, pues en verdad lo son; pero en la administración de los universos, están tan entrelazados e interrelacionados que no siempre es posible distinguir entre ellos. [19]
Como la administración del Hijo Eterno en los superuniversos es exclusivamente espiritual y superpersonal, no es discernible por las persona-lidades de las criaturas. [20]
Los Altísimos gobiernan en reinos de hombres. Este gobierno de los Altísimos en los reinos de los hombres no está establecido para el beneficio especial de un grupo de mortales particularmente favorecido. No existe ningún tipo de «pueblo elegido». [21]
La democracia es una forma de gobierno ideal, pero es un producto de la civilización, no de la evolución, y no está exenta de peligros. Los peligros de la democracia son: [22]
Las elecciones populares puede que no siempre decidan las cosas como es debido, pero representan la manera correcta de cometer incluso un error. [23]
En la antigüedad los cargos sacerdotales y los reyes fueron considerados fetiches. Hoy los hombres han hecho también un fetiche de la democracia, la exaltación y adoración de las ideas del hombre de la calle, cuando son calificadas colectivamente de «opinión pública». [24]
Onagar, hace casi un millón de años, instituyó un gobierno tribal eficaz que las generaciones sucesivas no lograron igualar en muchos milenios. Hasta la llegada del Príncipe Planetario, nunca más volvió a existir en la Tierra una civilización espiritual tan elevada. [25] En un momento dado toda evolución del gobierno trae consigo la abolición de la esclavitud. [26]
El primer gobierno partidista fue el de «los fuertes» contra «los débiles». En los tiempos antiguos, un cambio de administración sólo se producía después de una guerra civil, probando así sobradamente que los débiles se habían vuelto fuertes. [27]
Toda institución humana ha tenido un comienzo, y el gobierno civil es un producto de la evolución progresiva, al igual que lo son el matrimonio, la industria y la religión. A partir de los primeros clanes y de las tribus primitivas, se desarrollaron gradualmente los tipos sucesivos de gobiernos humanos que han aparecido y desaparecido, hasta llegar a las formas de reglamentación civil y social que caracterizan al segundo tercio del siglo veinte. [28]
El hombre rojo jamás llegó a crear un Estado. Lo más parecido fueron los iroqueses, que crearon una federación, pero que carecía de lo esencial del gobierno moderno. [29] La agudeza intelectual, la sabiduría económica, la habilidad social y el vigor moral de un pueblo se reflejan fielmente en la categoría de su Estado. [30] El comunismo primitivo fue un paso evolutivo más en el gobierno. El primer cuerpo verdaderamente gubernamental fue el consejo de ancianos del clan. [31] El peligro siempre presente de sufrir una agresión externa estimula el desarrollo del estado. [32] El gobierno es un desarrollo inconsciente; evoluciona a base de aciertos y errores. [33] El desarrollo de la industria exige unas leyes, orden y un ajuste social; la propiedad privada necesita un gobierno. [34] En el gobierno primitivo los dictadores eran los que prevalecían. [35] Los primeros Estados eran pequeños y todos fueron el resultado de las conquistas. [36] El gobierno estatal eficaz sólo apareció con la llegada de un jefe que tenía plena autoridad ejecutiva, el gobierno monárquico. [37] El poder ejecutivo surgió de la necesidad de organizar la guerra o bien de los curanderos y sacerdotes. [38]
Los débiles y los inferiores siempre han luchado por tener los mismos derechos que los demás; siempre han insistido para que el Estado obligue a los fuertes y superiores a satisfacer sus necesidades y a compensar de otras maneras aquellas carencias que son muy a menudo el resultado natural de su propia indiferencia e indolencia. [39]
En el pasado, la religión institucional podía permanecer pasiva mientras las capas superiores de la sociedad hacían oídos sordos a los sufrimientos y la opresión de las capas inferiores desamparadas, pero en los tiempos modernos, estas clases sociales inferiores ya no son tan abyectamente ignorantes ni están políticamente tan indefensas. [40]
El Libro de Urantia describe cómo está gobernado el país más destacado de un planeta vecino, que actualmente disfruta de una república representativa. [41]
En esta nación del planeta vecino los funcionarios del gobierno que perciben sus sueldos de los fondos procedentes de los impuestos, pierden su derecho al voto durante los períodos en que realizan estos servicios. [42] En los mundos que se encuentran en las etapas de luz y de vida el gobierno desaparece gradualmente. [43]
En las épocas de luz y vida hay directores ejecutivos mortales que sirven como administradores conjuntos asociados al Soberano Planetario, liberando de este modo al Adán y la Eva del planeta de sus puestos de gobierno. [44]
Estos son los principios que deberían regir toda forma de gobierno humana:
La evolución de una forma práctica y eficaz de gobierno representativo comporta las diez fases o etapas siguientes: [91]
El estado más fuerte tiene un lenguaje, costumbres e instituciones comunes. [92] El sistema sólo tiene valor si mejora el bienestar del individuo y la humanidad. [93] La característica del verdadero Estado es una soberanía que trasciende todas las luchas menores y todas las diferencias entre los grupos. [94]
El Estado es una organización reguladora social y territorial, y el Estado más fuerte, más eficaz y más duradero está compuesto por una sola nación cuya población posee una lengua, unas costumbres y unas instituciones comunes. [95]
La capacidad de los ciudadanos que se ofrecen para aceptar las responsabilidades del Estado retrata fielmente la categoría de cualquier nivel de civilización. [96]
Estos son los peligros que deben evitarse: [97]
Las órdenes celestiales en las que sus propios miembros participaron en su propia creación son candidatas a llevar a cabo un tipo celestial de gobierno autónomo. [113] El gobierno autónomo es el tipo más alto de gobierno representativo. [114]
Adán realizó un esfuerzo heróico y decidido para establecer un gobierno mundial, pero se encontró a cada paso con una resistencia obstinada. Adán abandonó todo esfuerzo por establecer un gobierno representativo, y antes del derrumbamiento del régimen edénico, logró establecer cerca de un centenar de centros comerciales y sociales alejados, donde unos representantes enérgicos gobernaban en su nombre. [115]
Con un gobierno mundial, los individuos gozarán de una libertad mucho más amplia. Hoy, los ciudadanos de las grandes potencias están cargados de impuestos, reglamentados y controlados de una manera casi opresiva. Una gran parte de esta intromisión actual en las libertades individuales desaparecerá cuando los gobiernos nacionales estén dispuestos a depositar su soberanía, en materia de asuntos internacionales, entre las manos de un gobierno global. [116] La paz mundial no puede prevalecer hasta la creación de un gobierno planetario. [117]
Nunca dejará de haber guerras en Urantia mientras las naciones se aferren a la noción ilusoria de la soberanía nacional ilimitada. Sólo existen dos niveles de soberanía relativa en un mundo habitado: el libre albedrío espiritual de cada mortal individual y la soberanía colectiva del conjunto de la humanidad. [118]
Bajo un gobierno mundial, las colectividades nacionales tendrán una verdadera oportunidad para realizar y disfrutar las libertades personales de una auténtica democracia. La falacia de la autodeterminación habrá terminado. [119]
Véase también: LU 70; LU 71; LU 70; LU 72.